Monumento a la futilidad

Andaba yo temprano planificando mis quehaceres por la Malagueta, dirección Farola y con la mirada perdida en el horizonte, cuando mi vista, cansada de la monotonía horizontal de la línea marítima, se desvió hacia unas perturbadoras irregularidades. Fue entonces cuando mi atención reparó en la presencia de 2 magníficos volúmenes en el puerto de Málaga que la curiosidad me obligó a identificar:

El 1º era un fabuloso transatlántico de no sé cuantas cubiertas, el 2º bulto, de mayor envergadura incluso que el artefacto marino, era, fue y será cada vez más, una monumental escombrera que la ironía de la perspectiva situaba justo al lado del 1º.

El Transatlántico partirá con su pasaje y sus cámaras, cubriendo etapas turísticas por unos cuantos mares, la escombrera, en cambio, seguirá creciendo y nutriéndose en nuestra bahía.

Entonces se me ocurrió la idea: En vez de que sean unos cientos de turistas de un transatlántico los que puedan deleitarse con este mausoleo a la futilidad, a las cosas sin importancia e inútiles por muy grandes que estas sean, ¿Por qué no nos animamos y personalizamos el cerro y hacemos que lo admiren los miles de turistas que nos visitan por otros medios terrestres o aéreos?. Le podíamos poner “Montonera de la Torre” como nuestro alcalde o si nuestro 1er. edil, por pudor, dada su sensatez para formar juicio y tacto para hablar u obrar,(sobre todo para obrar sin directrices) rechaza el honor, le ponemos “Cerro Picasso” o algo así que suene fuera de nuestras costas y que ya está bastante prestigiado más allá de nuestra provincia incluso. Pero siempre hay fondos públicos para justificar en cualquier promoción fútil que a los políticos le parezca buena, aunque en este caso el primer aldabonazo publicitario nos podía salir gratis:

Propongo que llamemos a los del Guinness World Records. Es seguro que ninguna ciudad del mundo con afanes e intereses turísticos tiene un cerro artificial más alto, ni más visible, ni más cerca del mar, ni más fútil. Granaríamos con facilidad, no tenemos competencia, ningún rival nos arrebataría el primer lugar.

Seguro que nuestros abnegados munícipes también han pensado en esta idea, porque de lo contrario no es ni explicable ni racional el crecimiento desmedido de este montón de materiales inertes (o eso espero, que sean inertes) y menos ahora que sin el estorbo de los 235 plateneros acabaditos de talar, la montaña se divisa desde cualquiera de los despachos de la 1ª planta para arriba de nuestra Alcaldía . Hay que promocionar lo “diferente” y nuestra escombrera “is diferent”. También propongo el nombramiento de un concejal de mantenimiento de escombreras y oficializar algún acto de inauguración al que acuda su majestad el Rey o a Doña Leti que tiene más glamour, donde además pudieran coincidir todas y todos nuestros concejales en un acto lúdico, de los que tan necesitados están nuestros ocupados y sesudos munícipes, para dispersarse la mente de los problemas que los conflictivos malagueños ocasionamos en nuestra ciudad .

Un saludo a todos.